Los hurones, comadrejas y tejones tuvieron un antepasado que fue un gran depredador en su época: Megalictis ferox. Hace entre 22 y 18 millones de años, en el Mioceno inferior, vivió este animal que ha resultado ser el más grande de su familia, los mustélidos. A pesar de su apariencia afable "su tamaño era como el de un jaguar y su dentición capaz de romper huesos, como hacen las hienas actuales", explica Alberto Valenciano, investigador del departamento de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Geociencias (CSIC-UCM) que encabeza el estudio.
Este estudio internacional publicado en la revista PLOS ONE supone la revisión más importante de los restos de esta especie realizada hasta el momento y también ha contado con la participación de Juan Abella, investigador asociado del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) , así como investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), las universidades de Málaga, Texas A & M University-Kingsville (EEUU), Carolina del Sur (EE.UU.) y la Universidad Estatal Península de Santa Elena (Ecuador), en la que actualmente trabaja Abella.
Modelo 3D de la mosrdedura de Megalictis ferox y reconstrucción del animal en vida (Alberto Valenciano / Adam Harstone-Rose)
Los fósiles, almacenados en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York son restos craneales y mandibulares de tres ejemplares de esta especie. "Los fósiles se excavaron a finales de los años treinta del siglo pasado en Wyoming y Nebraska (EEUU) y estaban depositados en los cajones de paleontología de vertebrados del museo", destaca el investigador principal. Ninguno de estos cráneos había sido analizado previamente en profundidad, por lo que Valenciano -que entonces trabajaba en el museo estadounidense gracias a una beca de investigación- se encontró con un área paleontológica prácticamente inexplorada.
El análisis de los restos del cráneo más completo permite deducir cómo se comportaba el animal. "Su enorme tamaño -con un cráneo de entre 19 y 24 centímetros, similar al de un jaguar o un lobo-, la morfología de la dentición, el esqueleto postcraneal y el comportamiento de los mustélidos actuales nos hacen pensar que estamos ante un gran depredador", afirma el paleontólogo. "Podría compararse con una comadreja del tamaño de un jaguar pero con unos dientes con los que podía triturar huesos como hacen las hienas actuales", comenta el autor.
Craneo de Megalictis ferox (izquierda) y el de una marta americana actual (derecha)
La buena preservación de los restos ha permitido sacar conclusiones robustas sobre el parentesco del animal con otras especies a lo largo del tiempo, es decir, su posición filogenética. Hasta ahora algunas hipótesis apuntaban a que Megalictis ferox y otros animales eran mucho más primitivos que los hurones, tejones y nutrias (los mustélidos actuales), y que estaban emparentados con un grupo mucho más amplio llamado musteloideos, que engloba los mustélidos pero también incluye las mofetas , los mapaches y los pandas rojos.
En cambio, otras hipótesis se inclinaban por limitar su parentesco a los mustélidos de hoy en día, algo que han corroborado los científicos en este estudio. "A la vista de nuestros resultados, Megalictis ferox tendría un grado de parentesco más estrecho con los mustélidos actuales que con los mapaches, mofetas y pandas rojos", apunta el investigador. Por lo tanto, aunque lo consideramos un musteloideo, se puede considerar como un 'primo hermano' de las comadrejas, martas, hurones, tejones y nutrias actuales.
El análisis de la dentición ha cambiado algunas ideas preconcebidas que se tenía de este animal. Los científicos pensaban que tenía un morro muy corto, una frente muy alto y una dentición adaptada a una dieta basada en el consumo de carne fresca, como los leones, tigres o leopardos. "Al conocer mejor la especie, proponemos algo totalmente diferente: que Megalictis ferox poseía un ecomorfotipo tipo hiena, ya que su dentición es muy robusta, adaptada a triturar huesos", mantiene Valenciano. El tamaño y la posición de las inserciones musculares de la mandíbula revelan que el animal mordía con gran fuerza, que estaba adaptado al consumo de carne y plenamente capacitado para triturar los huesos de sus posibles presas, como camellos o caballos de su época.
+ info: Valenciano, A., Baskin, J.A., Abella, J., Pérez-Ramos, A., Álvarez-Sierra, M.A., Morales, J., Harstone-Rose, A. 2016. “Megalictis, the Bone-Crushing Giant Mustelid (Carnivora, Mustelidae, Oligobuninane) from the Early Miocene of North America”, PLOS ONE. DOI: 10.1371/journal.pone.0152430