De izquierda a derecha: cráneo de Pierolapithecus catalaunicus tal y como se recuperó del yacimiento (DM Alba / © ICP), después del proceso de preparación (reproducido de Moyà-Solà et al., 2004 Science) y el modelo virtual 3D generado a partir de las imágenes de tomografía computarizada (reproducido de Pugh et al., 2023 PNAS).Un equipo internacional liderado por personal investigador del American Museum of Natural History (AMNH) y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) ha elaborado un modelo virtual 3D de la cara del homínido del Mioceno Pierolapithecus catalaunicus, popularmente conocido como ‘Pau’. Mediante tomografía computarizada se ha corregido la deformación debida al proceso de fosilización. La investigación, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, apoya la hipótesis de que Pierolapithecus es un homínido basal, de forma y tamaño similar al último ancestro común de los humanos y los grandes antropomorfos.

Un equipo internacional de investigadores ha analizado el único cráneo fósil encontrado hasta el momento del lagarto gigante de la isla de La Palma (Canarias) Gallotia auaritae. Mediante tomografía computarizada se han obtenido precisas imágenes del interior de los restos de este animal que habitó en esta isla durante el Pleistoceno inferior-medio y que han permitido determinar sus relaciones de parentesco con otras especies de lagarto gigante insulares y continentales.

Reconstrucció del crani i de l’aspecte en vida del nou gènere i espècie d’hominoïdeu Pliobates cataloniae (Marta Palmero / ICP)

Un equipo de investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont describe en la revista Science el nuevo género y especie, Pliobates cataloniae, a partir de un esqueleto procedente del vertedero de Can Mata (els Hostalets de Pierola, Cataluña). Los restos corresponden a una hembra adulta a la que los paleontólogos han llamado “Laia”. Pesaba unos 4-5 kg, se alimentaba de frutos blandos y trepaba por las copas de los árboles colgándose eventualmente de las ramas. Tiene 11,6 millones de años y, en términos de parentesco, apenas precede la divergencia entre los homínidos (grandes antropomorfos y humanos) y los hilobátidos (gibones), por lo que tiene importantes implicaciones para reconstruir el último ancestro común de ambos grupos.

El Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont está instalando en la planta baja del museo en Sabadell un aparato de tomografía computarizada único en el Estado, que permitirá ver el interior y los detalles de fósiles de medidas superiores a un metro de longitud y hasta 500 kg de masa. El aparato, diseñado y construido a medida con la colaboración de la Universidad de Santiago de Compostela y el Centro Tecnológico Aimen. La construcción de esta instalación científica ha sido posible gracias a un programa operativo FEDER de Cataluña 2007-2013.

 

Hace un par de semanas llegaron el detector, la columna de apoyo y la mesa de control, y pocos días después el tubo de rayos X. Ahora el equipo de paleontología virtual del ICP y los técnicos de Aimen trabajan para poner en marcha este aparato de tomografía computarizada (TC) industrial, que permitirá estudiar fósiles desde unos pocos centímetros hasta tamaños superiores al metro de longitud . Una vez en funcionamiento, el TC del ICP será el más polivalente del Estado, y entre los pocos de Europa que permite estudiar fósiles de gran tamaño. La resolución con la que permitirá ver fósiles de tamaño medio y grande es de las mejores del continente.

 

Taula de control del TC de l'ICP

Hasta ahora, los paleontólogos del ICP escaneaban los fósiles en equipamientos de tomografía de hospitales, como es el caso del Hospital Mutua de Terrassa, o en equipamientos de otras instituciones. Gracias a esta nueva instalación científica, el ICP podrá escanear los fósiles en el Museo del ICP, y podrá dar servicio también a paleontólogos de toda Europa. La construcción de este aparato ha supuesto una inversión de casi 500.000 Euros, que ha sido posible gracias a un programa operativo FEDER de Cataluña 2007-2013, en cofinanciación de la Generalitat de Catalunya y fondos europeos.

La fuente de rayos X del TC del ICP tiene una energía de hasta 450 kV (kilo Voltios) y una intensidad máxima de 3,3 mA (mili Ampere). En el caso de los TAC médicos, los aparatos suelen tener una energía máxima de unos 140 kV, a pesar de que operan habitualmente con una energía entre los 60 y 80 kV. Además, en un TAC médico la exposición del paciente a la radiación es de pocos segundos, mientras que el escaneo de un fósil puede durar algunas horas.

 

Part del detector del TC de l'ICP

El TC del ICP, que está sometido al control del Consejo de Seguridad Nuclear del Estado y del Servicio de Coordinación de Actividades Radiactivas de la Generalitat, se prevé que entre en funcionamiento durante el otoño, momento en que será presentado en sociedad y a los diferentes colectivos que se podrían convertirse en usuarios.

 

 

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