Un equip de recerca format per personal investigador de l’Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, la Universitat Autònoma de Barcelona, el Naturhistorisches Museum Bern i la Université de Lyon ha dut a terme un estudi paleobiològic sobre la diversitat locomotora dels primers primats d’aspecte modern. Aquest treball, que ha utilitzat com a objecte d’anàlisi l’os navicular situat en la regió del tars, al peu, proposa que aquestes primeres especies ja mostraven un ampli rang de repertoris locomotors, permetent-los explotar nínxols diferents del medi arbori.
Una investigación publicada en Journal of Human Evolution liderada por personal investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y la UniversitatRovira i Virgili describe seis dientes fósiles de macaco en el yacimiento de Guefaït, al noreste de Marruecos, de 2,5 millones de años de antigüedad. Su morfología es más parecida a la de la subespecie africana actual que a las formas fósiles de Europa, lo que aporta nuevas pistas sobre su dispersión en el pasado. La investigación también destaca la ausencia de teropitecos o geladas en Guefaït.
Una recerca publicada a Journal of Human Evolution liderada per personal investigador de l’Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), l’Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) i la Universitat Rovira i Virgili descriu sis dents fòssils de macaco al jaciment de Guefaït, al nord-est de Marroc, de fa 2,5 milions d'anys. La seva morfologia és més semblant a la de la subespècie africana actual que no pas a les formes fòssils d’Europa, fet que aporta noves pistes sobre la seva dispersió en el passat. La recerca també destaca l'absència de teropitecs o gelades a Guefaït.
El director de l’Institut de Biologia Evolutiva (IBE, CSIC-UPF), investigador ICREA i associat a l’Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) ha rebut una Consolidator Grant del European Research Council (ERC) dotada amb of 1.896.875€ per dur a terme un projecte de recerca de cinc anys per estudiar les diferències genòmiques al llarg del temps dels grans simis antropomorfs.
Un estudi publicat a la revista American Journal of Physical Anthropology per un equip d’investigadors internacionals revela que els goril·les de muntanya es desplacen recolzant les mans al terra de formes molt diferents i no només amb els artells, com es creia fins ara. Un 40% dels individus estudiats presentaven formes diferents de recolzament, algunes mai vistes a goril·les. La troballa posa en qüestió el model actual d’evolució del bipedisme en els hominins.
El diseño de los canales semicirculares del oído es muy sensible al tipo de locomoción de los homínidos actuales. Este sistema detecta las rotaciones de la cabeza y permite coordinar la postura y los movimientos del cuerpo, junto con otras señales acústicas, visuales o de percepción del entorno. El estudio de estos canales en el registro fósil se presenta como una vía alternativa para reconstruir los cambios evolutivos en la locomoción de los primates antropomorfos. Así lo publica la revista Proceddings of the Royal Society B, en un artículo que firman investigadores de diferentes países e instituciones, entre los cuales Meike Köhler y Salvador Moyà investigadores ICREA del ICP.
Las inferencias sobre la locomoción de las formas extintas de primates suelen basarse en los restos fósiles del esqueleto postcraneal. Pero para muchas de las especies de primates antropoides que se conocen, el registro fósil es escaso. El estudio de la estructura del oído interno, cuando este sí que se ha preservado, permite hacer una reconstrucción independiente de la evolución de la locomoción en este grupo de mamíferos, y se convierte así en una manera de comprobar hipótesis sobre el tipo de locomoción de algunos taxones, basadas hasta ahora en el estudio de restos postcraneales.
Los canales semicirculares son unas estructuras compuestas por tres huesos en el interior del oído de los vertebrados, que se orientan en las tres dimensiones del espacio y de los que dependen el sentido del equilibrio o la orientación espacial en el mundo tridimensional de los árboles -en el caso de los primates. En general, los detalles de su diseño son el reflejo de un importante conjunto de información sobre la locomoción de las diferentes especies.
En el artículo "Evolution of Locomotion in Anthropoidea: the semicircular canal evidence", publicado en la edición digital de la prestigiosa revista Proceedings of the Royal Society B a partir de una colaboración de investigadores de una docena de centros, entre los que destacan la Universidad Estatal de Pensilvania y la Universidad de Toronto en América o el Instituto Max Planck en Europa, se analizan hasta 16 cráneos de primates fósiles de todo el mundo, queregistran la evolución del grupo durante los últimos 35 millones de años. Entre estos encontramos el cráneo deJordi, el espécimen fósil Hispanopithecus laietanus recuperado en Can Llobateres (Sabadell).
El análisis de escáneres de tomografía computarizada de estos canales ha permitido sacar algunas conclusiones sobre la evolución locomotora de los antropoides. Las principales conclusiones son que los antropoides primordiales, que datan de hace unos 35 millones de años, fueron primates lentos con una locomoción arborícola cautelosa. La evolución de este tipo de locomoción derivó en los primates del nuevo mundo, conocidos como platirrinos, que eran más ágiles y rápidos al moverse por los árboles. En cambio, los catarrinos africanos mantuvieron la locomoción ancestral más lenta, y sólo algunos grupos posteriormente se convirtieron en más ágiles. Este sería el caso de los gibones o de algunas formas fósiles como Proconsul heseloni, un hominoide primitivo del Mioceno inferor en África. Los catarrinos incluyen a los monos del viejo mundo, los hilobátidos y los homínidos, entre los cuales los actuales chimpancés, gorilas, bonobos y orangutanes.
Las conclusiones sobre la locomoción basal de estos antropoides coinciden con las obtenidas a partir del estudio de restos postcraneales. En cambio, en el caso de los platirrinos, los restos fósiles postcraneales son muy pocos, y es gracias al estudio de los canales semicirculares del oído que podemos inferir algunos datos de su locomoción más ágil y rápida. En el caso de la locomoción de los catarrinos, los resultados a partir de los restos fósiles del oído interno permiten completar la información que ya se tenía a partir de los restos postcraneales, y que para algunas especies resulta en parte contradictoria. Habrá que esperar al hallazgo de otros restos y a la mejora de las técnicas de análisis morfológico para conocer mejor la evolución de la locomoción de los simios antropomorfos durante el Mioceno.
El 4 de diciembre de 2002 unas obras en el Abocador de Can Mata, en Els Hostalets de Pierola, hacían salir a la superficie un fósil cuyo nombre acabaría haciéndose famoso: Pau. Más de 10 años después de su hallazgo, elPierolapithecus catalaunicus (el nombre científico de Pau) ha aportado una valiosa información sobre el origen de la estructura corporal de los homínidos. Planteamos a Salvador Moyà, investigador ICREA y director del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont a 10 preguntas sobre Pau.
1. ¿Cuando empieza tu relación con Pau?
Hay que remontarse a principios de diciembre de 2002 y comienza pocos minutos después de que viera la luz, cuando me avisaron que había salido un fósil muy interesante y que parecía ser la cara de un primate. Fui corriendo para confirmarlo y para planear las tareas futuras que se tenían que hacer en el yacimiento para recuperar el material. Desde ese momento, he tenido un contacto muy estrecho con Pau, tanto durante el proceso de excavación (entre 2003 y 2004) como durante todo el estudio, que duró hasta finales de 2004 y que todavía continúa hoy día y continuará.
2. - ¿Quién es Pau?
Para definirlo en pocas palabras, podríamos decir que es el representante más antiguo conocido de la familiaHominidae (el grupo que incluye las formas vivientes como el hombre, el chimpancé, el gorila y el orangután) que muestra el diseño corporal moderno que caracteriza a los grandes simios y humanos. Podemos observar este diseño moderno en las características de su estructura ósea: un tórax ancho y estrecho entre hombro y pecho, los omóplatos situados en la espalda, una clavícula larga, las vértebras de la zona lumbar más acortadas y una disposición característica de la articulación entre el antebrazo y la muñeca. Pau muestra las características básicas de diseño corporal modernas que identifican a los miembros de nuestra familia y teniendo en cuenta que vivió hace unos 11.9 millones de años, fue descrito como la evidencia más antigua de este diseño corporal que dio origen a nuestro grupo.
3. - ¿Cómo fue el hallazgo?
En cierto modo fue un hallazgo fortuito. Había obras en el vertedero para arreglar un camino lateral y la máquina excavadora rascó unos niveles del que empezaron a salir unos cuantos huesos. La máquina se detuvo rápidamente y vimos que los huesos que salían eran directamente del Pau. ¡Llegar y besar el santo, que se dice!
4. - ¿Pierolapithecus o Pau?
"Pau" sería su nombre vulgar. Los paleontólogos damos un nombre común a los fósiles para hacerlos más accesibles a la gente, pero también somos los que les bautizamos científicamente. Pierolapithecus es un nombre que lo hemos creado nosotros y nos resulta tan común como "Pau", aunque pueda parecer extraño. También podemos decir que Pau sería un espécimen concreto y Pierolapithecus la especie a la que pertenece.
5. - ¿Qué sabemos gracias a Pau que no sabíamos antes?
Las evidencias más antiguas que se habían encontrado hasta ahora de este diseño moderno eran sólo hace 9 millones de años y corresponden a un Hispanopithecus laietanus ("Jordi" entre los amigos) que se encontró en Can Llobateres cuando el ICP aún era l’Institut de Paleontologia de Sabadell y no dependíamos del programa CERCA de la Generalitat de Cataluña. Pau nos permite bajar esta innovación evolutiva hasta los 12 millones de años, que coincide aproximadamente con la fecha que el reloj molecular sugiere para la aparición de los homínidos, hace entre 10 y 14 millones de años. Encontrar a Pau fue una alegría extraordinaria, porque nos sitúa en el origen del grupo, en el nudo donde empieza toda la historia de nuestra familia.
6. - ¿Qué nos cuenta la cara de Pau?
Nos explica muchas cosas. Para empezar, nos dice que Pau era un macho y por eso tiene estos caninos tan prominentes y grandes. El dimorfismo sexual en los simios es muy grande comparado con los de los humanos. Lo interesante de la cara de Pau es que muestra una combinación de caracteres muy primitivos que nos hablan más o menos de donde viene, cuáles son sus antepasados en África, en el Mioceno inferior, y también tiene lascaracterísticas modernas que identifican nuestra familia: unas órbitas completamente frontales y un hocico que no interrumpe el campo de visión de las dos ópticas como en los cercopitécidos. Es un gran simio moderno.
7. - ¿Si no tuviéramos a Pau, qué fósil podría representarlo mejor?
¡No hay ninguno! Los primates fósiles tienen un gran problema y es que, seguramente, el número de individuos dentro de una población era pequeña. Esto conlleva que la probabilidad de que algún resto se haya conservado sea mucho más baja que en el caso de los ciervos, antílopes o rinocerontes, por ejemplo, de los que es mucho más fácil encontrar restos fósiles. Estas especies que vivían en grandes grupos añadían muchos individuos muertos en el registro fósil y por tanto, la probabilidad de encontrarlos es mucho más elevada. Los primates son raros en el registro fósil y con suerte puedes encontrar algún diente, del que tampoco se puede sacar mucha información... Lo que nos interesa a los paleontólogos es encontrar un esqueleto parcial que preserve algunas partes clave del cuerpo que nos den suficiente información para saber ante qué tipo de animal nos encontramos. La gran suerte que tenemos es que el registro fósil catalán es extraordinario: los dos únicos esqueletos parcialmente completos que se conocen en el Mioceno medio y el Mioceno superior de toda Eurasia se han encontrado en Cataluña. En África nos tenemos que remontar a edades demasiado anteriores para encontrar el antepasado que conecta con los actuales grandes simios.
8. - ¿Si encontrásemos otro fósil de Pierolapithecus, como te gustaría que fuese?
¡Entero! El gran problema que tenemos con Pau es que murió joven. El desgaste de sus dientes nos cuenta que comió poco tiempo, no mucho tuvo tiempo para disfrutar de la vida en las selvas tropicales de Can Mata. No sabemos la causa de la muerte, pero sí que sabemos que algunos carnívoros carroñeros o lo mataron o se aprovecharon de sus restos cuando ya había muerto, dejando todos sus huesos largos completamente desmenuzados. No tenemos ni un fémur, ni una tibia, ni un húmero, ni un radio mínimamente decente... El fragmento más grande que tenemos de un hueso largo es apenas de unos pocos centímetros donde se observan los pinchazos de los dientes que han roto el hueso para comerse el tuétano de dentro. Si me pides que sueño encontrar: ¡un Pierola articulado con conexión anatómica!
9. - ¿Cómo podemos imaginar la vida de Pau?
Los simios tienen distintos tipos de estructuras sociales: los pequeños simios como los gibones viven en pareja, los orangutanes son mas solitarios, con un harén que van recorriendo de vez en cuando y los chimpancés viven en grupo. ¡Y los humanos somos hipergregarios! Nuestra familia ofrece posibilidades muy diversas. Es muy especulativo decir qué modelo se puede aproximar a como vivía en Pau, pero considerando que presenta algunas características que recuerdan a los orangutanes, tal vez se tratase de una especie con machos solitarios y un macho dominante.
10.-¿Qué ha representado Pau para ti?
Para mí ha sido una de los descubrimientos científicos en los que ha estado involucrado más importantes de mi vida. Tener la oportunidad de trabajar con unos restos fósiles de hace 12 millones de años y que están en el inicio de la aparición de nuestra familia es un privilegio que muy poca gente tiene. Fue una oportunidad extraordinaria y siempre me he sentido muy afortunado. Yo y mi equipo siempre hemos tenido mucha suerte a la hora de encontrar restos de una cierta trascendencia. Un amigo paleontólogo una vez me dijo una frase que me quedó grabada: "Salvador, yo no lo entiendo, pero cuanto más trabajo, más suerte tengo". Disponer de un registro fósil extraordinario ayuda mucho, pero los años de trabajo que hay detrás y tener un equipo de gente valiosa y entusiasta hace que realmente podamos disfrutar de hallazgos como éste y de las publicaciones que surgen. En investigación el trabajo es del equipo, en este caso del equipo del ICP.
+ info:
- Afinando el lugar de los simios antropomorfos del Vallès-Penedès en la evolución
- Pierolapithecus: 10 años del hallazgo
- ¿Qué nos cuentan Pau, Lluc y Jordi de cómo somos hoy?
Investigadores del ICP han descrito una nueva especie de primate de la tribu de los ancomominis del yacimiento de Sossís, en el Pallars Jussà. Se trata de un pequeño estrepsirrino de hace 35 millones de años y que presenta una dentición muy particular. La investigación ha sido publicada en línea esta semana en la revista Journal of Human Evolution y, conjuntamente con otros hallazgos, ha permitido determinar las implicaciones filogenéticas de varios primates del Eoceno de la Península Ibérica.
La nueva especie ha sido bautizada con el nombre de Nievesia sossisensis y pertenece a la tribu de los ancomominis, un grupo de primates del Eoceno de tamaño muy pequeño (se estima que los individuos del género Anchomomys, por ejemplo, pesaban entre 100 y 150 gramos). Nievesia sossiensis vivió hace unos 35 millones de años y es el primer representante de esta tribu que se encuentra el yacimiento de Sossís, en el Pallars Jussà (Lleida).
Los ancomominis forman parte de los adapiformes, un grupo que comprende varias familias de primates extintos que ocupó gran parte del hemisferio Norte, el Norte de África y Asia tropical desde el Eoceno hasta el Mioceno, hace entre 55 y 5 millones de años. Se caracterizan por una dentición bastante primitiva, con unos premolares alargados, que presentan una cúspide muy grande, con los extremos de delante y detrás cortantes y unos laterales planos.
Nievesia sossisensis, a diferencia de otros ancomominis, no presenta el esmalte arrugado y destaca por la presencia de un mesostilo (una pequeña cúspide) en los molares superiores. También se caracteriza por tener unos molares inferiores más grandes que la mayoría de ancomominis y por no presentar paracónido (una cúspide que corona el diente por la parte de delante). El artículo que describe la nueva especie se ha publicado esta semana en línea en la revista Journal of Human Evolution y lo firman Judit Marigó, Raef Minwer-Barakat y Salvador Moyà-Solà, investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont.
El nombre del nuevo primate ha sido elegido en honor a Nieves López Martínez, paleontóloga destacada por sus estudios en mamíferos del Cretácico y del Cenozoico de los Pirineos y que desarrolló una gran labor en el yacimiento de Sossís. Filogenéticamente, los resultados sitúan esta especie cercana a Mazateronodon y, en segunda instancia aAnchomomys, dos géneros de ancomominis presentes en otros yacimientos de la Península Ibérica.
Un grupo poco conocido
Los primates del Eoceno han sido un grupo tradicionalmente poco estudiado. El paleontólogo Miquel Crusafont y sus colaboradores en describieron su presencia en los años 60 en yacimientos como el de Sant Jaume de Frontanyà o Sossís. Durante la década de los 90, los investigadores del ICP Salvador Moyà-Solà, Meike Köhler y otros colaboradores, recuperaron y estudiar grandes volúmenes de sedimento que han permitido obtener una de las mayores colecciones de Europa determinados grupos de primates fósiles.
Los últimos años han sido los investigadores del ICP Judit Marigó y Raef MinWin-Barakat, dirigidos por Salvador Moyà-Solà, los que han tomado el relevo y han descrito nuevos géneros y especies como Anchomomys frontanyensis el yacimiento de Sant Jaume de Frontanyà o la misma Nievessia sossisensis, en Sossís. Su investigación está contribuyendo a determinar las relaciones filogenéticas de los primates del Eoceno en la Península Ibérica.
+ info: Marigó, J., Minwer-Barakat, R. & Moyà-Solà, S. (In press). Nievesia sossisensis, a new anchomomyin (Adapiformes, Primates) from the early Late Eocene of the southern Pyrenees (Catalonia, Spain). Journal of Human Evolution, http://dx.doi.org/10.1016/j.jhevol.2012.11.004.
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Investigadores del ICP publican esta semana un artículo en la revista American Journal of Physical Anthropologydonde revisan la dieta de los pliopitécidos, un grupo extinto de primates originado en África y que se extendió por Europa durante el Mioceno y que se creía que se alimentaban principalmente de frutos blandos y hojas. A partir deel estudio de las marcas que el alimento deja en los dientes, los investigadores concluyen que todos los pliopitécidos alimentaban de frutos, incluyendo habitualmente en su dieta frutos duros, como nueces o fruta poco madura.
Los pliopitécidos son un grupo primitivo de catarrinos (también conocidos como los simios del Viejo Mundo) del Mioceno, que se originó antes de la divergencia entre los cercopitécidos (o monos del Viejo Mundo) y el grupo de los antropomorfos y los humanos, los hominoideos. Estos catarrinos basales se caracterizan por presentar sólo dos premolares, así como una morfología dentaria particular a las molares inferiores que presentan unas crestas del esmalte que constituyen el llamado triángulo pliopitecí.
Los pliopitécidos europeos se clasifican en dos grupos a partir de la morfología de sus dientes, que son los restos fósiles mayoritarios de que se dispone. Los crouzelinos presentan unas crestas más puntiagudas, unas cúspides más comprimidas, unos valles más grandes y unos molares más estrechos que los pliopitecinos, diferencias que tradicionalmente habían sido atribuidas a la dieta, que habría sido más rica en hojas en el caso de los crouzelinos. Estudios posteriores del microdesgaste y de las crestas cortantes de estos dientes, determinaron que todos los pliopitécidos alimentaban de frutos blandos, excepto el género Barberapithecus, que se habría alimentado casi exclusivamente de hojas.
Esta semana, un grupo de investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) encabezados por Daniel DeMiguel, publican un artículo en el American Journal of Physical Anthropology donde afirman que todos los pliopitécidos, incluido Barberapithecus, se alimentaban de frutos, incluyendo en su dieta algunos frutos duros, como podrían ser nueces o fruta poco madura. Los investigadores han llegado a esta conclusión a partir del análisis del microdesgaste observado en los dientes de las especies Pliopithecus canmatensis y Barberapithecus huerzeleri.Estas especies fueron descritas por primera vez en Cataluña el año 2010 y 2011, respectivamente.
El estudio también concluye que, si bien ambos grupos de pliopitécidos (pliopitecinos y crouzelinos) tenían una dieta basada en fruta, la tendencia a alimentarse de frutos más duros habría sido más acentuada en los pliopitecinos. Los datos obtenidos en las especies extintas se han comparado con las de primates actuales, como orangutanes, gorilas o chimpancés, de los que se conoce su dieta. El estudio revela que la dieta del orangután sería la más parecida a la de los pliopitécidos estudiados. A diferencia de los chimpancés, que se alimentan de hojas cuando no tienen frutos maduros en el alcance, los orangutanes prefieren alimentarse de nueces o de frutos más verdes y, por tanto, más duros.
El estudio del mircodesgaste dentario se ha demostrado como una herramienta muy potente para estudiar la dieta de especies extintas. Las abrasiones en el esmalte, como arañazos o pequeñas excavaciones, son una especie de registro de lo qué comió un determinado individuo durante su vida, ya que cada tipo de alimento deja una huella característica que se puede observar mediante microscopía electrónica.
Los pliopitécidos son un grupo exclusivamente euroasiático, aunque se originó a partir de ancestros africanos que todavía no se han podido determinar. De hecho, los pliopitécidos fueron los primeros catarrinos en dispersarse desde África hacia Eurasia durante el Mioceno inferior, hace unos 16 o 17 millones de años, donde experimentaron una radiación evolutiva en un continente hasta entonces vacío de otros simios.
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Un artículo publicado en el Journal of Human Evolution del investigador del ICP Raef Minwer-Barakat describe por primera vez la presencia del primate fósil Microchoerus al oeste de los Pirineos. El hallazgo en el País Vasco de restos de este pequeño primate de características similares en cuanto a la locomoción a los actuales gálagos, confirma la conexión entre las faunas de esta zona con el resto de Europa durante el Eoceno superior, hace entre 38 y 34 millones de años.
El registro fósil en Europa es rico y diverso en cuanto a primates del Eoceno, hace entre 34 y 55 millones de años. Los investigadores explican esta radiación evolutiva por el incremento global de temperaturas que se produjo en esa época geológica y que permitió que los primates (principalmente representados por los grupos Adapoidea y los Omomyoidea) se diversificasen, ocupando muchas áreas del hemisferio Norte. A finales del Eoceno, una bajada de temperaturas a nivel global acabó con esta diversidad y muchas especies desaparecieron del continente.
El investigador Raef Minwer-Barakat, del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), encabeza este estudio realizado en colaboración con investigadores de la Universidad del País Vasco y publicado en el número de septiembre del Journal of Human Evolution, en el que analizan dos fragmentos de mandíbula hallados en Zambrana (País Vasco) que corresponden a Microchoerus, un género de la familia de los Omomyidae descrito por primera vez en 1884. El yacimiento de Zambrana, a 70 km al sur de Bilbao, representa un sistema lacustre y contiene una gran diversidad de fósiles de plantas acuáticas, de invertebrados y vertebrados como tortugas, cocodrilos y mamíferos, perohasta el momento no se había encontrado ningún primate.
Los fósiles de Microchoerus analizados en este artículo tienen una forma y un tamaño similares a los de la especieMicrochoerus erinaceus, descrita por primera vez en Inglaterra y de la que posteriormente se han encontrado restos en Francia, Alemania, Suiza y España, pero algunas sutiles diferencias hacen que no se puedan atribuir a esta especie.Microchoerus (como el resto de Omomyidae) era un primate de tamaño pequeño, de hábitos nocturnos y una dieta basada en insectos y frutas, características similares a los gálagos actuales que viven en el continente africano.
Este hallazgo representa la primera cita de este género en la Bioprovincia Occidental Ibérica, un área que comprende varias cuencas de las partes centrales y occidentales de la Península. Durante el Eoceno medio, esta provincia estuvo aislada del Pirineo y del resto de Europa como demuestra la presencia de varias especies endémicas de roedores y primates, entre otros grupos. Durante el Eoceno superior, sin embargo, estas dos áreas geográficas estuvieron conectadas permitiendo el paso de varias especies de una zona a otra. La presencia de una especie de Microchoerussimilar a la que se encuentra en otras partes de Europa evidencia esta conexión.
Los primates del Eoceno han sido un grupo tradicionalmente poco estudiado en la Península Ibérica. El paleontólogo Miquel Crusafont y sus colaboradores describieron su presencia en los años 60 en yacimientos como el de Sant Cugat de Gavadons o Sossís, en Cataluña. Años después, investigadores del ICP como Salvador Moyà, Meike Köhler, Judit Marigó o Raef Minwer-Barakat han tomado el relevo, contribuyendo a determinar las relaciones filogenéticas de los primates del Eoceno en la Península Ibérica.
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